Crucito, Un Artista de la Talla en Madera y de la Prosa
Este terralteño es vivo ejemplo de que cuando crees que se te está cerrando una puerta, es muy probable que lo que está sucediendo es que Dios te está guiando al camino preparado para ti.
Apenas cruzamos la puerta de su local, Arte Cruz, en la icónica subida llegando a Volcán, el Señor Cruz, o Crucito como es conocido localmente, nos recibe con versos que dejan ver destellos de su alegre personalidad. Y es que este terralteño, además de ser un artista con las manos, lo es con las palabras.
Nacido en Boquete, pero criado en Renacimiento y morador de Tierras Altas desde su juventud, Crucito ha recibido a miles de turistas en su local, todos interesados en llevarse consigo algo de su arte tan preciado que solo los artistas con dedicación, empeño y creatividad son capaces de lograr.
Sus piezas en madera tallada muchas veces nacen desde una raíz de árbol tirada en una playa desierta, y de su imaginación que la convierten en una silla rodeada de dinosaurios, por ejemplo, haciendo que la pieza además de única sea funcional.
Esto requiere sin duda de un ojo creativo y de manos habilidosas. Y es eso precisamente lo que hace la diferencia y resalta las piezas que encuentras en Arte Cruz. Llaveros desde $2.50 hasta mesas incrustadas con piedras semipreciosas traídas de Brasil, Chile y Perú y con 87 clases de maderas de Panamá de la mejor calidad, con un valor de 22 mil dólares son los tesoros que puedes llevarte contigo, si tu presupuesto te lo permite.
Pero lograr esta calidad no es casualidad. Si bien Crucito desde pequeño desarrolló la habilidad de dibujar todo lo que veía, como la chancleta que sostenía su maestra debajo de la silla solo con el dedo gordo del pie, y que luego de plasmarlo en un dibujo se lo entregaba, para recibir los halagos y felicitaciones de su maestra, él también se preparó y luchó para estudiar con los mejores y explotar el don que ya tenía.
Luego de que su familia se mudara a Renacimiento y de haber completado la primaria en la Escuela de Montelirio, le tocó trabajar para ahorrar lo suficiente y poder pagar sus estudios.
No fue hasta que cumplió los 18 años y después de trabajar en la agricultura y ser uno de los mejores recolectores de café de entonces, además de ser sastre desde sus cortos 11 a 15 años, que pudo reunir lo suficiente para ingresar al Colegio Agrícola San Benito. Al ser uno de los estudiantes de mayor edad, fue apodado “el abuelo”, lo que hoy en día le causa gracia y hasta satisfacción, pues cuenta con orgullo que luego de quedarse sin horas de recreo y esforzarse el doble, logró estar al nivel de sus compañeros, y hasta de superarlos.
Aunque su idea al ingresar al San Benito era la de estudiar mecánica, al verse esta carrera suspendida en el colegio, solo le quedó la opción de Ebanistería. Pero como bien nos expresa, cuando se cierra una puerta se abren otras, pues queda evidenciado que lo que le convenía a él era desarrollar su arte en la madera. Inició su experiencia con herramientas prestadas de sus compañeros, y solo con ver a sus profesores. Sus buenas notas le permitieron obtener una beca del colegio para estudiar en Honduras por tres meses, y su habilidad y don de gente aumentaron la oportunidad para que se extendiera esa primera beca por tres años más, donde estudió Artes Plásticas en Tegucigalpa. Posteriormente logró una maestría en escultura y decoración en piedra y mármol en Italia y tuvo la oportunidad de conocer las minas de mármol donde Michelangelo diseñó sus esculturas para después esculpirlas para el Vaticano.
Crucito nos habla en español, inglés, italiano y con orgullo nos cuenta que también habla algo el dialecto guaimí o gnöbe buglé. Nos deja saber que su pasión es transformar la madera de reciclaje en arte y que la madera que utiliza para otras piezas como puertas, son obtenidas de talleres autorizados y que trabajan con conciencia medioambiental. Aquello de “calidad sobre cantidad” es algo que nos repite varias veces.
En las afueras del local podemos ver algunas de sus piezas más recientes, y podría decir que de las más grandes. Son ballenas jorobadas y delfines tallados en madera que con su ingenio y creatividad giran con el vaivén de la brisa clásica de la región, y en las tardes más frías, al ser tragadas por la densa neblina del área, dan la impresión de estar saltando del mar sobre la piedra donde fueron instaladas. Un espectáculo. Si estás por el área, detén tu auto, y aprecia la naturaleza en combinación con la creatividad e ingenio de Crucito.
Este terralteño es vivo ejemplo de que cuando crees que se te está cerrando una puerta, es muy probable que lo que está sucediendo es que Dios te está guiando al camino preparado para ti. Confía, prepárate y disfruta tu camino, así como Crucito, quien hoy en día, luego de miles de piezas talladas, se prepara para escribir su primer libro en prosa. Me despido de este orgulloso terralteño, con sus versos resonando en mi cabeza:
“Volcán Barú que al cielo te levantas,
con gestos de arrogancia y patriotismo,
eres orgullo de la patria y hermoso guardián de nuestro istmo”
Visita a Arte Cruz. Agosto 2022. (c) Directorio Tierras Altas.